PROYECTO INDIVIDUACIONES
Ernesto Bautista
Museo Municipal Tecleño MUTE, Santa Tecla, El Salvador.
11 de agosto del 2011.
En agosto del 2011 se desarrolló el proyecto con 2,500 LEDS independientes encendidos cada uno hasta agotarse, montados a lo largo del pasillo principal del Museo de la Ciudad (46m), Ex Cárcel Municipal. Tiempo de montaje: 2 meses. La instalación duro 15 días, hasta que todos se extinguieran completamente. Cada día proporcionaba una composición con intensidades diferentes, debido a la duración de las baterías de cada uno.
En términos teóricos Jung define el proceso de individuación como la tendencia innata de la psiquis a encontrar su centro, su sí mismo, un camino progresivo de autoconocimiento, de desvelamientos de la proyecciones, que nuestro inconsciente personal emana de forma natural; y de la toma de conciencia de la acción de los arquetipos en nuestra vida que serán los que tenderán a encauzar principalmente el proceso de individuación. Este proceso posee dos “movimientos”: en un primer momento genera en el sujeto un estado de integración de los componentes psíquicos y a su vez una diferenciación de los contenidos arquetípicos. El hombre accede a esa dinámica inconsciente a través de la experiencia subjetiva de los símbolos, la cual es mediada por los sueños, el arte, la religión, los dramas psicológicos representados en las relaciones interpersonales, y los propósitos íntimos.
Creo que la idea de generación ha sido abordada desde puntos muy indirectos. La idea de Jung sobre los procesos psíquicos retrata de muchas maneras etapas en las que siento que una sociedad o un fenómeno colectivo suceden como relaciones de conducta.
Procesos en los que la colectividad tiene una identidad histórica, pero así también los individuos permean en el tiempo sus propias identidades individuales.
El resplandor histórico y la presencia son meras ilusiones que consumimos como parte de un frenesí imparable de temporalidades amplias, pero al final este frenesí es solamente eso, la ilusión de la colectividad, cada uno se extingue, desde su presencia en esta constelación de personas y momentos, pero cada uno ha tenido un lugar desde el que ha permanecido y desde el que ha podido declarar su existencia (con una acción, con una conversación, con un hijo, con un proyecto, con un ideal...) desde la simple incidencia de sus propios actos de conciencia.
Esta individualización que sucede al declarar el poder de nuestra propia conciencia nos vuelve parte de un anteproceso gigantesco, en el cual siempre vamos creciendo, recopilando, madurando, construyéndonos (la vida, la educación, la política, la guerra...) pero que en el momento de su verdadera presencia somos una contradicción de nuestros sentidos, el momento más grande es siempre el único que vivimos sin detenernos...
DC / TFT