REACTIVANDO VIDEOGRAFIAS (SV)
Curaduría por El Salvador: The Fire Theory// Mauricio Esquivel y Mauricio Kabistan.
Exposición en linea: https://www.reactivandovideografias.com/expo [Sitio Web temporalmente fuera de servicio]
ARTISTAS: Melissa Guevara, Oscar Moises Dias, Gabriela Novoa y Meme Flores.
Reactivando Videografias (SV) es una radiografía sobre la situación actual que nos presenta el trabajo de artistas que interpelan a emociones y sentimientos contradictorios como consecuencia del encierro prolongado durante los últimos meses causados por la pandemia.
Muestra tres videos que hacen un repaso sobre la finitud ante una crisis cíclica e inminente que altera la cotidianidad colectiva e individual con cambios bruscos para la cual se vuelve incierto determinar las posibles soluciones. Las obras en sí son un ensayo introspectivo que analizan lo existencial, la crisis individual y la esperanza como signo de recuperación de un proceso que nos ha puesto al límite a todas y todos.
En el vídeo “Extraño” a manera de ensayo visual y poético los artistas Gabriela Novoa y Meme Flores nos remiten al pasado, “antes de…”, en el cual hasta las acciones que nos podrían parecer banales se transforman en recuerdos importantes que permiten escapar o reimaginar horizontes con mundos donde todo estaba bien. A reflexionar sobre la finitud, añoranza, tormentos y debates que han acompañado al ser humano desde que comenzamos a percibir el tiempo.
Por otro lado y con una metafórica simbólica presentada por medio de la abstracción, Melissa Guevara presenta “El viento que barre los pecados”. La imagen de una pequeña montaña de tierra que va desapareciendo a medida que el viento se lleva cada uno de los granos que la componen, nos remite a las palabras descritas en el libro del Génesis “polvo eres y en polvo te convertirás”, una metáfora que acompaña este video en los tiempos que transcurren en este año 2020, nos pone de manifiesto una paradoja sobre el fin, sobre la transformación, sobre la mutabilidad de la cosas y el tiempo. Hay también una especie de belleza en elementos tan básicos que interactúan hasta llegar a un fin y transformarse en el semillero e inicio de otro proceso, un nuevo ciclo como también lo perciben muchas culturas ancestrales.
Y precisamente es el tiempo el material que más nos es difícil controlar, las soluciones han sido tan variadas: religión, ciencia, libros de autoayuda o la astrología en sus diversas aproximaciones culturales. La pieza de Oscar Moisés en este caso pone un granito de esperanza hacia el futuro que nos depara; astrólogo de profesión, el artista realiza una lectura de la carta astral de El Salvador analizando su pasado y futuro en las estrellas y planetas alineados en el momento de su nacimiento; como último recurso cuando todo ha fallado ¿Quizás nosotros lo queremos ver así?, no lo sabemos.
Esta lectura del futuro por medio de la interpretación de la alineación de las estrellas a través de un programa de computadora es como una oración en la que depositamos nuestra fe en que todo estará bien. Que el conocimiento adquirido durante siglos y sintetizado en un algoritmo, tiene las respuestas que nos guiarán para crear un mejor futuro.
Y es que al final en su globalidad las piezas que conforman esta selección nos tratan de esbozar una respuesta que no tenemos, porque el problema aunque sea fácil de identificar, es complejo en su solución. Y la solución requiere un trabajo conjunto de diversas partes que en estos momentos se vislumbra difícil de concebir. Nuestros sistemas económicos nos han educado para concebir el tiempo para ser rellenado por un consumo desenfrenado como opción.
Pero en esta crisis causada por un virus la pausa obligatoria nos ha puesto a todos frente al espejo, en donde lo único que nos queda es que desde nuestras individualidades, las reflexiones sean más profundas y consecuentes y estas se propaguen como un rizoma que vaya entrelazándose con otros rizomas generando un nuevo modo de concebir nuestro entorno, la economía, la política y hasta el mismo arte.
The Fire Theory
Brooklyn // Santa Tecla, año 2020.